Sentir cómo es posible atrapar instantes cargados de emoción para, que con el imparable paso del tiempo, revivirlos con toda su intensidad, hace que mi afición por la fotografía se transforme en pasión. Descubrí, entonces, el efecto que la luz producía en mí. La luz... siempre la luz...: Sobre un paisaje, un rostro, un sentimiento. Y es que ese tesoro robado, siempre con mi cámara al hombro lo he de compartir.
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